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EVOLUCIÓN

MUTACIÓN DEL CARACTER Y LA PERSONALIDAD EN EL REINO

Los cambios lo produce Dios. Nuestro Padre celestial es el creador por excelencia de todos los cambios que se generan en el reino. Nosotros no comenzamos completos aunque el plan en el cielo esté completo. Es por eso que no debemos de juzgar la vida por un momento porque la vida en si es un conjunto de momentos. Debemos de dejar espacio para ver desplazarse el desarrollo y las transformación en la jornada de la vida. El crecimiento es de Dios, quiere decir que el cambio y la transformación es de Dios. Sea cual sea tu temporada, Dios siempre te querámoslos llevar a otro nivel.

Hace unas semanas atrás estaba en un partido de basketball de mi hijo. Esta liga se da bajo el marco de un énfasis cristiano así que en medio de la mitad del juego siempre se comparte un poco de la palabra de Dios. Uno de los anfitriones o expositores llamó a todos los niños jugadores y comenzó a compartir una historia o ilustración con ellos. Comenzó diciendo: ¿A cuantos les gusta las palomitas de maíz? Casi todos levantaron la mano. Luego le explicó que cuando un paquete de palomita de maíz está en el micro o en la estufa comienza a explotar. Luego pregunta: ¿Todos revientan a la misma vez? Y respondieron “no”. El mensaje era que todos tenemos el potencial de reventar, pero que no todos reventamos a la misma vez, pero que cada uno lo hará a su tiempo. Como las palomitas de maíz cuando explotan en el micro ondas.

A veces queremos ser dueños del tiempo y del cambio de Dios en las personas. Aniquilamos personas porque después de un tiempo no han dado el cambio que nosotros le exigimos que tengan. El verdadero cambio en una persona es un asunto divino y no de hombre. Dios solo sabe cuanto durará una persona para generar los cambios que necesita hacer. Pero de seguro tenemos que aprender a darle chance a la gente a que cambie.

Los procesos son diferentes en todos porque somos diferentes.

Cada persona tiene su proceso que lo hace cambiar. El que una persona no halla cambiado en el tiempo que nosotros queremos no quiere decir que ya Dios no la va a usar o transformar. Los procesos son únicos como los cambios mismos.

Observemos la vida de Moises: “Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena”. Éxodo 2:12

¿Quien era Moises en el momento que le quitó la vida a un Egipcio? Esto me parece un asesinato planificado y premeditado. Observo que no venía nadie y tras eso lo esconde en la arena. Yo visualizo un Moises joven, inmaduro, con un alto temperamento, arrogante, impulsivo, y se podía catalogar como un asesino. Para nosotros en ese momento diríamos que no calificaba para ser el libertador de Israel.

El que tú no hallas madurado, no quiere decir que Dios no va hacer contigo lo que tiene determinado. Dios siempre traerá lo incompleto a la perfección. (Filipenses 1:6) Debemos de orar que Dios complete la madurez en nosotros en vez de orar que nos use. Si Dios nos usa nos sentimos con un honor una gratificación interior. Pero si Dios nos madura no califica para recibir la herencia y nuevos pesos (dimensiones) de gloria.

Cómo Moises, hay mucha gente llamada genuinamente por Dios, pero que no han cambiado. Solo nos falta los ojos de Dios para mirar lo que Dios está viendo en una persona. Tenemos que aprender a sacar los precioso de lo vil porque en el reino llamamos las cosas que no son como si fuesen.

Aprendiendo de los errores

Ese error provocó que Moises escapara y saliera huyendo. Aun, la propia gente que el trató en ese momento de libertar fue la que le acusó de divulgar lo que él había cometido. Moises se dio cuenta que el faraón y all sabía y salir huyendo hacia Madian. Desde ese momento comenzó a vivir como un forastero en tierra ajena (Gerson). Una vez más vemos la mano soberana de Dios obrando en cualquiera que sea nuestra situación. Cuantas veces nos culpamos por los errores que cometemos pensando que hemos perdido posición, status y tantas cosas en vez de ver la oportunidad de Dios para que trate con nuestro carácter. Los errores en las manos de Dios son una oportunidad para que el trate con nosotros.

  1. No te rindas en tus errores

  2. No te abandones al fracaso

  3. Tampoco vendas tus sueños a la muerte

Que nadie te juzgue, que nadie te margines, que nadie te rechace y te condene por tus errores o porque no has mostrado las señales de cambio que ellos esperan en ti. No estamos para suplir demandas humanas sino divinas. Ni a ti mismo permítete condenarte. Si tienes que cambiar, pero es un acto meramente divino. Solo deja que Dios obre en ti a través del proceso. Esto no quiere decir que vas a permanecer como un testarudo rebelde como muchos dice: “Así yo soy así me muero”, “Así si soy y todos tienen que aceptarme como soy”. La manera de acelerar los procesos de desarrollo en nuestras vidas es rindiéndonos a Dios y obedeciéndole.

El poder del proceso

Los procesos son como las escuelas. Te llevan de un nivel a otro nivel si sabemos graduarnos cuando se presentan. Date una oportunidad para el cambio tu mismo.

Dios no ha acabado contigo. Nosotros los hombres somos fáciles condenando a la gente cuando están en sus procesos. Nos convertimos en jueces cuando señalamos las posibles causas y la razón por la cual están pasando por lo que están pasando. Por eso, cuando uno está en un proceso no trates de explicarle a todo el mundo la causa. Los procesos no están para ser explicados, los procesos están para ser superados. ¡Simplemente supérarlos! Que nadie te juzgue por el proceso que estás pasando. Sea matrimonial, financiero, ministerial, familiar, etc.

Imaginemos a Moisés, por el error que cometió, matando al Egipto tuve que salir de su lugar de posición. Cualquiera diría, que su llamado y su asignación de libertador se arruinó por haberse adelantado al plan de Dios. Ahora es fácil entender muchas cosas de la Biblia porque la vida de los hombres de Dios la podemos capturar entera, al pasar las páginas y los capítulos. Pero si estuviéramos en ese momento sin conocer el futuro muy probable que hubiéramos juzgado el error de Moises y su vida como un desperdicio. Pero vemos una vez más que Dios sabe lo que hace. El deja que nosotros la reguemos y caigamos en un aparente fracaso para usar eso, para dirigirnos a sus planes y propósitos Perfecto. ¡Wao! Por eso no debemos juzgar la caída de nadie. Lo que provocó su error, fue la escuela del desierto de Dios, para dirigir a un pueblo en la escuela que él mismo se había graduado. Cuarenta en el palacio, cuarenta en el desierto para entonces recibir un llamado de libertador. Aunque desde nuestro nacimiento fuimos llamados por Dios, no quiere decir que estamos listos para ser activado en él. Jesus espero 30 años para ser activado en su ministerio. Por eso hay que saber aprovechar los tiempos de preparación y procesos. Muchos de los golpes que nos damos son simplemente “ensayo y error” que nos preparan para el inicio de la verdadera liga del reino.

Cuando brotan los cambios.

“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. Numero 12:3

Ciertamente hubo un cambio en la vida de Moises al ver que asesino a un egipcio y lo escondió y después termina siendo el hombre mas manso de todos los hombres que había en la tierra. Gloria a Dios por sus procesos. La palabra manso quiere decir de naturaleza apacible y tranquila. Una persona que no es brava sino sosegada. Por eso no debemos de rendirnos cuando estemos en duros procesos. Date el chance de mutar, evolucionar, desarrollarte y ser transformado por Dios. Los procesos no vinieron para matarte, vinieron para transformase y revelar quien verdaderamente somos. Si no te rindes, tarde o temprano veras como brotan los cambios que Dios ha preparado para ti. Nuestro prototipo en Cristo, la imagen perfecta.

Dios te bendiga

Pastor Miler Montoya

http://www.milermontoya.org

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