LA REVELACIÓN DE CRISTO
El reino de Dios tiene que ser revelado y no simplemente discutido en la mesa de los intelectuales. — Miler Montoya

“Moviendo el telón que esconde la realeza”
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”. Mateo 16:13-19
Vivir bajo la revelación de Cristo es vivir una vida de desarrollo espiritual extraordinario. Sin revelación estamos ciegos, y si el ciego guía a otro ciego ambos caerán en el hoyo. El énfasis en este capítulo es: cómo encender la luz para ver en Jesús, al Cristo. La naturaleza de las palabras de Jesús variaban en su interpretación. Algunas veces Jesús Hablaba de una manera literal y figurativa en el mismo versículo. Por ejemplo: Dejad que los muertos entierren a sus muertos. Quería decir, dejar que los muertos espirituales entierren a sus muertos naturales. De igual forma cuando hablamos del mensaje del reino. En su naturaleza, el mensaje del reino esconde para nosotros muchos tesoros. Por eso Jesús le dijo a su discípulos: “a vosotros os es dado a conocer los misterios (secretos) del reino de los cielos”. Los tesoros del reino no son para todo el mundo, sino a quien Dios abre la mente y el corazón. Jesús hablaba en parábolas y los discípulos le preguntaron: ¿porqué les habla en parábolas? En otras palabras, ¿porqué le escondes los secretos de tu reino? Jesucristo dijo: porque tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen. Ojos y oídos naturales, pero no espirituales. Si usted no valora las cosas en el reino, sus ojos y oídos (entendimiento) se mantendrán cerrados.
“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba”. Mateo 13:34
Jesús en su mensaje no habló todas las cosas de una manera literal. ¿Porqué? El cielo es muy diferente a la tierra. Así que, lo que hizo fue comparar cosas terrenales para revelar los principios, la vida y los diseños celestiales, divinos y eternos. Le dijo a Nicodemo:“Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?” (Juan 3:12). Las cosas celestiales se disciernen y se entienden en el Espíritu. Si Jesús hubiera hablado las cosas celestiales de una manera literal, la confusión hubiera sido mayor. Tenemos que acomodar lo espiritual a lo espiritual. Él decía: ¿A que comparemos el reino de los cielos? (Marcos 4:30), el reino de Dios es semejante a…, así es el reino de Dios (Marcos 4:26). Por esta razón el reino de los cielos no puede ser discutido, necesita ser revelado. La revelación me hace romper el “status quo” y vivir la vida extraordinaria del reino de Dios. Cambia mi forma de pensar, la forma como pido, como me acerco a Dios, como vivo y siento. La revelación del reino es lo único que nos mantendrá a flote en medio de la inseguridad mundial. Esto fue lo que hizo a José, sustentar al mundo, en medio de siete años de crisis. También, hizo que el profeta Daniel fuera una luz potente en medio de una babilonia corrupta.
El poder de los conceptos. (Jesús lanza dos preguntas)
En Mateo capítulo 16 Jesús estaba pidiendo mas que una opinión. Hubieron dos preguntas que Jesús arroja a la mesa con sus discípulos. La primera fue ¿quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Y la segunda, ¿quién decís que soy yo? La opinión manifestaría el concepto que tenían acerca de Él. Si usted tiene el concepto correcto, tendrá la conclusión correcta. Si usted tiene un mal concepto, tendrá una mala conclusión. Si usted piensa que tener mucho dinero es malo. El efecto de su vida será conforme su concepto. Si usted piensa que no puede cambiar su historia, así será. Esta es la razón por la cual hay muchos mensajeros sin el mensaje. Hábiles para disertar, con el concepto equivocado. ¿Porqué Jesús en esta ocasión hace dos preguntas? Toda pregunta difícil pone a trabajar la mente, pero las preguntas que hace Dios, ponen a trabajar el corazón y el espíritu. Desde el génesis hasta el Apocalipsis Dios sigue haciendo preguntas. Le hizo la pregunta a Adán, a Jeremías, a Ezequiel, a Isaías, a Pedro, etc. ¿Porqué? Porque la pregunta provocará la manifestación de una revelación personal. Cuando algo golpea tu espíritu de una manera personal, es como una onda expansiva comenzando contigo. Te sacude a ti primero, luego sacude a otros. Todo cambia. Una de las más grandes formas para obtener revelación es haciendo preguntas que otros no hacen.
El problema del pueblo antiguo
El problema del pueblo antiguo fue que tuvieron problemas para ver al Cristo en Jesús. Al tener problemas para ver al Cristo en Jesús, se deduce que también tuvieron problemas para ver el reino de Dios. El Cristo, trajo el reino de los cielos. Si el pueblo antiguo tuvo problema en reconocer quien era Jesús, cuanto más nosotros necesitamos el espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de él. Muchos no reconocieron a Jesús como el Mesías. Ellos tenían a Jesús en alta estima, como un gran profeta, un gran hombre, pero no lo aceptaron como el Hijo de Dios, el Mesías prometido. Esto se dio por el concepto y la expectativa humana que se crearon. Escuche esto: Quien ve en Jesús, el Mesías, o sea el Cristo, ve el reino. Quien ha encontrado al Cristo, ha encontrado el reino. ¡Hemos encontrado al Mesías!
Este (Andrés) halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Juan 1:41
La palabra Mesías quiere decir: el Ungido, el Rey que había de venir. La Palabra Cristo está conectada: el Rey Ungido. Mateo, cuando escribe su evangelio, escribe para demostrar (de acuerdo a la carne) que Jesús era el Cristo, conforme a la escritura. En la proclamación del reino, Mateo 1:1 comienza su introducción diciendo: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham”. En este primer verso del Nuevo Testamento se menciona a las dos grandes columnas de la nación de Israel. David, el rey más poderoso que ha tenido Israel en cuanto a la carne y Abraham el fundador de la nación. Introduce también la palabra genealogía, que quiere decir: fuente u origen; la raíz. El primero era para comprobar que Jesús era hijo de David, porque el Cristo tenía que ser linaje de David conforme a la profecía bíblica. El segundo, es para demostrar que es descendiente de Abraham como dice la escritura: “En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 28:14). El escritor Mateo quiere demostrar que Jesús es el Cristo conforme a las escrituras. Esto creó una imagen y un concepto que iba a chocar con la sabiduría de Dios. Aquí entenderemos el poder de la revelación. Al tener a David y Abraham en su mente crearon un filtro. Su expectativa era el “cuadro escrito”, un Rey político, militar, con ejército poderoso que venía a librarlos de la opresión de Roma. Ellos estaban esperando un avivamiento político y la restauración de un reino físico. Así que en la sabiduría de Dios, Dios esconde al Mesías en un manto de humildad, sencillez y pobreza. Concluyeron como el rey Saúl basados en la apariencia y no en la esencia. Es por eso que los fariseos le preguntaron a Jesús, cuando había de venir el reino. Mas Jesús le contesto: “Ya está entre ustedes”. Jesús no parecía ser el Cristo, no llenaba la expectativa actual del contexto. No tenía influencia política, sin ejercito terrenal y procedente (humanamente hablando) de una familia pobre. Natanael pregunta dudando: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? ¡He aquí el choque! porque ellos no estaban esperando un Rey humilde y un siervo sufriente que viniera a salvarlos de sus pecados y derrotar las tinieblas. Ellos estaban esperando un rey humanamente poderoso, con un ejército como el de Roma. Alguien que viniera a liberarlos como Moisés, de la esclavitud del imperio romano. ¿Cuántas personas hacen lo mismo hoy en día? Ponen mas su confianza en la política, sea religiosa o secular, para liberarlos de sus problemas. Pero Jesús dijo: “Mi reino, no es de este mundo” (es espiritual). Es por eso la importancia de la revelación. La revelación te hace ver, lo que Dios ha escondido para ti. El reino de los cielos es como un tesoro escondido (Mateo 13:44). Para muchos Jesús en su apariencia, no hubiera llenado el requisito de un buen predicador. El Cristo estaba en Jesús como con un camuflaje. Así que Jesús pregunta a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Esta es una pregunta que revelaría el concepto de las personas. Una cosa es la opinión de los que están lejos y otra es la opinión de los que están cercan. Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. Tres poderosos hombres de Dios: Juan el Bautista habla de la unción de preparación, Elías habla de la unción de fuego y Jeremías de la unción de intercesión. Tres poderoso profetas, pero ninguno era el Cristo. La gente comentaba desde su punto de referencia, pero no bajo revelación. Dios no nos ha llamado a tener un conocimiento sospechoso de Él, sino un conocimiento íntimo. Esta es la diferencia de la opinión de los que están de lejos (los hombres): dan opiniones basadas en sus sospechas y no en la revelación del Espíritu. Así que para entender quien era Jesús en su tiempo, tenía que ser por revelación. Lo mismo sucede con el reino de Dios, porque Cristo es el reino. Hay muchas opiniones, basados en referencias, pero el reino debe de recibirse por revelación. Usted puede escuchar acerca de, participar en el programa de, oír acerca de, y nunca conocer la persona que escucho acerca de…