LA REVELACIÓN PERSONAL
El impacto de la revelación personal (de Simón a Cefas)

La primera pregunta fue para los que estaban lejos, pero la segunda pregunta fue para los que estaban cerca. Él les dijo: “y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Esta fue una pregunta lanzada al núcleo. Y nos hacemos la pregunta, ¿Cómo no van saber quien era Jesús si están con él todos los días? Lo vieron haciendo milagros y liberando a los endemoniados. Es verdad que podemos estar con una persona y no conocerla en intimidad. Asistir regularmente a un servicio religioso no quiere decir que conocemos a Dios.
En medio de los doce, hay un discípulo que esta disponible para servir como vaso donde se deposite la revelación. Pedro se levanta a contestar la pregunta y dice: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. ¡Pero qué revelación! Jesús no es Juan el Bautista, no es Elías, no es Jeremías; Jesús es el Cristo. Entonces le respondió Jesús: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos”. En otras palabras, no pudiste descodificar quien soy sino fuera por la revelación que acabas de recibir de mi Padre. En el reino de Dios hay muchos códigos que sólo se descifran con la intervención sobrenatural del Espíritu Santo. Muchos conocen a Jesús, pero no han tenido la revelación de Cristo. Es por esta razón que nos encontramos con muchos hermanos que oyen acerca de Jesús, pero siguen igual. ¡No cambian! Necesitan la revelación de Cristo. Porque cuando Cristo es revelado penetra hasta el alma y el espíritu. Se hace una realidad en nuestra realidad. Jamás la persona es igual. Miremos lo que le Jesús le dice a Pedro en ese momento: “Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Jesús le cambia el nombre de Simón a Pedro. El nombre Pedro significa: roca o piedra fuerte. Este cambio de nombre tenía que ver con el propósito de Dios en la vida Pedro y su futuro en el inicio de la Iglesia. El cambio de nombre revela varias cosas importantes:
Revela un cambio de carácter: De frágil, a fuerte en Cristo.El mismo Pedro que negó al Señor cuando estaba siendo interrogado, es le mismo Pedro que estaba dispuesto a morir por el nombre de Jesús cuando él mismo fue interrogado. La revelación de Cristo, tiene la finalidad de desarrollarlo en nosotros.
Revela un cambio de destino: Como hombre frágil (Simón) iba a tener un destino muy diferente. Nunca será igual el destino de aquellos que tienen la revelación de Cristo en su vida, de los que no la tienen. Con Cristo estamos destinados a la victoria y al éxito.
Revela un cambio interior: Cuando Cristo penetra una vida a través de la revelación, el mundo interior es transformado. Es un impacto de adentro hacia fuera. Pedro estaba siendo invadido en su mundo interior con una revelación que solo el Padre le pudo dar.
Revela un cambio de historia:No fue Pedro quien recibió la revelación, sino Simón. Dos nombres diferentes, pero la misma persona. Usted puede tener una mala historia hasta el día que Cristo se le revela. Yo soy testimonio de eso, yo soy la misma persona, tengo el mismo número de identificación, el mismo nombre y apellido, pero con una historia diferente.
Mire que fue a Pedro que les dan la llaves del reino de una manera personal: “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos…”. Cuando Cristo es revelado las llaves del reino son activadas y podemos caminar indiscutiblemente en una dimensión diferente. El mismo principio ocurre en las ciudades y naciones. Si usted esta leyendo este libro, Dios está a punto de cambiar la historia de su vida, porque Cristo está siendo revelado. Apocalipsis 1:8 dice: “Yo soy el Alfa y la omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”. Me encanta como Jesucristo se describe en el línea del tiempo. El tiempo tiene tres estados: pasado, presente y futuro. Pero lo primero que describe Jesús es: “el que es”. Nuestro Señor siempre será para hoy y su verdad hay que hacerla presente. Cuando hay revelación donde sea que fuera, Cristo se manifiesta como el que es. Pero luego dice: “y que era”, porque Dios es el Dios de la historia. Siempre encontraremos un punto de referencia en el reino de Dios. En la Biblia hay cosas que no se deben de imitar, porque fueron escritas como ejemplo. Hay personas que se imitan y hay personas que se evitan. Hay personas que nos sirven de ejemplo y modelos y hay otras que nos sirven de ejemplos de cómo no hacer las cosas. Los errores de muchos reyes, hijos de Dios están escritos para que no hagamos lo mismo. Si hacemos lo mismo, cosecharemos lo mismo que ellos cosecharon. Por ejemplo: no debemos imitar la traición de Judas. Debemos de aprender de ella. Pero si deberíamos imitar la fe del apóstol Pablo, como él imitaba a Cristo. Decidimos murmurar como el pueblo en el desierto, o mantenernos fieles como Josué y Caleb. Miremos los resultados, y nos daremos cuenta a quién el cielo les aplaudió. Las cosas pasadas están escritas en la Biblia, como punto de referencia, porque Dios también es “el que era”. También dice: “el que ha de venir”. Representa el Dios del futuro, el que al final termina ganando, viniendo, manifestándose y dando esperanza. Vivimos el hoy de Dios, pero tenemos un futuro de gloria. Es mas, la gloria postrerade esta casa será mayor que la primera. Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venideraque en nosotros ha de manifestarse. ¿Por qué? Porque Cristo es el que ha de venir. ¡De que viene, viene y no lo para nadie!
El Señor dijo: tu eres Pedro…, y luego dice: a ti…, todo lo que se dio en ese momento fue algo personal. Pero luego en el libro de los hechos, la sombra de Pedro sanaba los enfermos porque estaba en la plenitud de su ministerio bajo la unción del Espíritu Santo. Amado amigo, el cambio personal de una persona puede traer un cambio colectivo. Por eso Pablo le dijo al carcelero: “cree en el Señor Jesucristo y serás salvo primero tu, y luego tu casa”. Recibe tu primero y luego viene tu casa. Recibe primero el cambio personal, luego viene el cambio colectivo. Cuando su historia cambia por la revelación de Cristo, Dios nos usará para cambiar la historia de otros. Yo nunca pensé ser pastor en los Estados Unidos, ser usado como Dios me usa y viajar a las naciones predicando el evangelio del reino. Cada vez que viajamos vemos la mano de Dios obrando en las vidas de las personas de una manera poderosa. Oímos los testimonios de cambio y de impacto que la gente recibe a través del ministerio que Dios nos ha dado. Un día Dios cambio mi historia, ahora me esta usando para cambiar la historia de otros. La Biblia tiene un registro de historias de vidas transformadas que cambian vidas. La historia de una vida transformada puede cambiar la historia de otra vida. Pero lo mas poderoso, la vida que ha sido transformada puede ser usada para cambiar a otros. Miremos a Pedro, después del Espíritu Santo, fue el primero que se levantó a predicar como el líder y vocero de la Iglesia. Está registrado en la historia que se convirtieron 3,000 personas en su primer discurso. Luego predicó y se convirtieron 5,000 en su segundo sermón. En dos servicios ya tenía una Iglesia de 8,000 persona. Estos son número históricos. Pero no quiero que veas los números como números, quiero que veas las almas. Eran 8,000 personas (almas) tocadas, transformadas, convertidas y arrepentidas que cambiaron la historia de su vida, porque un día, el Señor le cambió la historia a Pedro. Declaramos que serás usado como instrumento de cambio y transformación para tu nación.
Veamos algunos ejemplos de cómo muchos recibieron la revelación que Jesús era el Cristo.
La mujer samaritana: La mujer Samaritana sostuvo una conversación con Jesús, sin saber con quien hablaba. Esta era una mujer con un record de fracaso en sus relaciones amorosas. Jesús le habla de un agua que sacia la sed, y ella queda pidiéndola. Para revelar la condición de su corazón, Jesús manda a buscar a su marido y la mujer termina diciendo una mentira-verdad. Después de esto, la conversación toma un tono espiritual poderoso. Jesús le revela la verdadera adoración en espíritu y en verdad, entonces ella responde en Juan 4:25: “Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas”. La mujer tenía una expectativa que había de venir el Mesías sin saber que hablaba con él. Si Dios no abre nuestros ojos, se nos imposibilita ver a Cristo y a su reino. Así como a Cristo, su reino siempre ha estado allí. La vida de esta mujer fue transformada en el momento que ella recibe la revelación de Cristo el Mesías: “Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo”.
Juan el Bautista: En Mateo 11, Juan el Bautista estaba preso por causa de su integridad. Estando encarcelado manda a dos de sus discípulos para preguntarle a Jesús: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Parece que Juan en el momento de su aflicción olvidó todo las señales que había venido. No lo podemos juzgar, pero recordemos que Juan bautizó a Jesús, vio al Espíritu Santo descender, escucho la voz que dijo: Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia. Juan dijo de Jesús: He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Pero todavía esta preguntando si Jesús es el Cristo. Ustedes se imaginan a los discípulos de Juan diciéndole a Jesús que fueron enviados a confirmar si él era el Mesías. “Mira Jesús, Juan esta preguntando si eres tu o estamos esperando a otra persona”. Lo interesante es que Jesús nunca le contesto: Si yo soy o Si por favor díganle a Juan que yo soy el que había de venir. La forma como Jesús le confirma su llamado los deja sin palabras. Jesús les dijo: “Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis”. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio. Wao, pero qué manera de responder una pregunta. Verdaderamente los hechos hablan mas que mil palabras. En esta ocasión el Cristo es revelado con sus hechos. No hubo un profeta que hiciera los milagros y las maravillas que realizó Jesús. Su autenticidad en su obra, confirmaba su asignación como Mesías. Imaginemos que los discípulos de Juan regresaron delante de él en la cárcel. Cuando llegan Juan les pregunta: ¿Qué les dijo Jesús? Y los discípulos le contestan: no nos dijo nada afirmativo. Pero si podemos decirte lo que vimos y oímos. ¿Y qué vieron y oyeron? Vimos como los ciegos recibían la vista, los cojos andaban y muchos milagros ocurrían. Juan tuvo que deducir que por los hechos y la maravillas, Jesús era el Cristo.
El ladrón en la cruz: otro ejemplo potente es el ladrón en la cruz. Jesús fue crucificado entre dos malhechores, uno a la izquierda y el otro a la derecha. En Lucas 23:39 dice: “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le dijo: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. Hagamos que estas palabras tengan un poco mas de peso al trasladarnos a la escena. Imaginemos los clavos metidos entre la carne de estos hombres. Jesucristo esta vestido de sangre con una corona de espinas incrustada en su cabeza. Su rostro desfigurado en medio de un panorama de sed, ardor y agonía. El letrero de la cruz dice: Rey de los judíos. Muchos lo toman como una burla, como alguien que se hizo pasar por rey. Mas sin embargo, uno de los ladrones logra ver mas allá. En medio del cuerpo bañado en sangre, logra ver al Rey, a su reino y la venida de su reino. Para mi, las palabras del ladrón reflejan convicción, fe y revelación. El ladrón logra ver y experimentar lo que muchos eruditos no han visto. En el último minuto de su vida, logra ganar lo que pasamos una vida entera buscando; el paraíso. El que tiene la revelación de Jesús como el Cristo, tiene el paraíso. El es el Rey.
“Porque el amor de Cristonos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristoconocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está enCristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristoreconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. 2 Corintios 5:14-20 (el énfasis fue añadido)
La mas grande revelación que podemos recibir en vida, es entender y conocer que Jesús es el Cristo. Y si tenemos la revelación del Rey, tenemos la revelación de su reino.