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LEALES EN EL REINO

Lee detenidamente estos versos bíblicos:

2 Samuel 23: 15-17

“Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta! Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, diciendo: Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres valientes hicieron esto”.

La *vehemencia* se identifica como una “pasión fogosa”. Es la combinación molecular de la violencia, el ardor, la furia y la determinación; todo revuelto. El Rey David pidió agua con vehemencia. Los líderes al frente de cualquier organización o ministerio debemos de aprender a pedir la presencia de Dios y su reino con vehemencia. Debemos de tener sed, por lo que Dios tiene sed. Todo lo que hacemos para Dios debemos de hacerlo con vehemencia, asi encontraremos el máximo potencial.

De esta petición nacen tres valientes que rompieron los limites del enemigo con tal de saciar la sed de su rey. ¿Hasta qué punto estaríamos dispuestos a llegar con tal de hacer la voluntad del Rey? la respuesta es: “hasta donde nuestra lealtad y pasión llegue”. Entre fieles e infieles la lealtad marca la diferencia. No hay más grande amor que este, que uno entregue su vida por sus amigos. Detrás de la lealtad viene la pasión que va más allá de lo que el enemigo pueda poner. La lealtad te lleva a romper los límites y las barreras. Hace que hombres ordinarios aparezcan en la lista de los valientes del Rey. Dios no nos llamó a permanecer en la tierra de los pasivos, Dios nos llamó a marcar la diferencia. A ser valientes, en un mundo de cobardes espirituales.

Sea lo que hagas, cada segundo que pasa, tu vida se está extinguiendo. La pregunta es: ¿Se la estás derramando a Dios como David derramó el agua? El agua representaba la sangre de los leales y David no se la tomó; la derramó. La fidelidad de David fue mutua. Cuando los valientes le trajeron el agua, su sed por la lealtad, fue más grande que la sed de su estómago. Solamente líderes leales producen seguidores leales. Líderes infieles producen seguidores infieles. En el reino, todo lo que uno siembra cosecha. Si tú le eres infiel a tu líder hoy, no esperes que tus seguidores te sean leales mañana. Debes de serle fiel a la esposa o esposo que Dios te ha dado. Mostrar fidelidad a nuestros padres, líderes y pastores. La lealtad es una semilla que produce frutos generacionales.

Para entender el éxito de un líder debemos de notar que tipo de hombres le siguen. Los nombres de los valientes no están escritos porque fueron valientes a Dios, sino que fueron valientes y leales al rey David. Pero el rey David era leal a Dios. ¡Dios premia la lealtad!

Líderes que son leales a Dios, no solo merecen el respeto, también son dignos de ser seguidos. Necesitamos líderes que inspiren a otros a ir más allá de sus metas y potenciales. No eran muchos, eran tres. Si en tu línea de vida encuentras tres leales, habrás sido una persona afortunada. ¡Un puñado de hombres leales y dispuestos pueden acometer grandes hazañas!

¡Que tengan un excelente día líderes leales!

Pastor Miler Montoya

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